martes, 5 de agosto de 2008

Boletos reservados

Uno de mis tantos miedos era llegar a un punto en donde te quedas estancado, sin dar ningún paso para avanzar. La esencia del terror se encontraba en llegar a un punto en que no te queda más que ver atrás y envidiar todo lo que está adelante. Debo confesar que me consideraba de ese tipo de personas que se rehusaban hasta a pensar en tener un futuro compartido con alguien, para ocultar esa gran necesidad de encontrar precisamente a esa persona con quien compartir un futuro. En este conflicto interno me dije a mí misma que era mejor esconder el corazón y fanfarronear con la idea de "es mejor estar solo". Pensé que lo mejor era no ser vulnerable.
Hasta hace un poco más de cuatro semanas... No puedo decir que hace cuatro semanas encontré a mi media guayaba, porque hace dos lustros lo conocía sin conocer. Se puede decir que hace cuatro semanas todo el amor y el soñar que guardaba muy muy dentro de mí salió a flote. Es como si vos, vida mía, tuvieras esa sutileza de encontrar todos esos sueños y dejarlos relucir, sin miedo.
Puedo decir con seguridad que la vulnerabilidad no es tan mala después de todo, puedo exclamar ¡Todo lo contrario! Porque no hay sensación más dulce que dormir tranquilamente sabiendo que el mundo tiene sentido solo con el hecho de pensarte. No hay sensación más hermosa que conocer el amor... pero no cualquier amor, sino el bueno. Ese amor único, irremplazable, irremediable e incuestionable. Es decir, el verdadero.
El pasado 2 de Agosto te enfrentaste con una situación desconocida. Tomaste una decisión importante tanto para vos como para mí. El nerviosismo... amor, yo lo sentí! Creo que los falsos síntomas de gripe no fueron más que producto del nerviosismo. Me reconforta saber que hemos dado un paso más en el caminar y un paso menos para esos boletos de primera fila.
Me bastó sentir tan de cerca tu "te amo" para soñar con nuestra burbuja, nuestro tango ceremonial, nuestras tantas idas al cine (y tus tantas quejas de las películas), nuestras vacaciones en el mar... y la ilusión del día en que conozcamos a Sofía Marcela.
Por último, mis infinitos agradecimientos por fijar tus ojos precisamente en mí, desde aquel día en el carril cuatro. Te agradezco las incontolabres mariposas revoloteando constantemente por mi estómago. Pero sobre todo, Gracias, amor porque hoy puedo decirte que no hay más dudas, ni miedos... sé que mi futuro es a tu lado.
Hasta más allá de lo infinito... TE AMO!!!

No hay comentarios: