jueves, 28 de agosto de 2008

Ángeles

Intento a diario resumir lo que siento con dibujos, postales y hasta versos en el cielo. Mas nunca podré igualar el sentimiento con colores, trazos o metáforas. Pues el alma necesita mucho más que palabras para expresarse, sobre todo cuando está en un estado de felicidad.
A veces me pregunto el porqué de mi incesante escribir. "La verdad es que estás loca y sos una cursi de primer orden", me dijo alguien por ahí que forma parte de la directiva del club "di no al amor". Por una parte, es cierto. Pero la cursilería propia de mi ser, no es más que un síntoma que le puedo atribuir, y con toda razón, al amor que me haces sentir.
Puedo decir, por ejemplo, que aparte de estar frente a la computadora, me encuentro tejiendo sueños con una combinación cromática, casi perfecta, de hilos azules y verdes en sus diferentes gamas.
Puedo decir, además, que cada noche estará cargada con un letrero que diga "buenas noches, amor mío.Ha pasado otro día más a tu lado". En la habitación habrá una mancha causada por la curiosidad de Sofía y tendría forma de araña. Ella me diría cuánto ha crecido en un día el ángel de mi vida. Los amaneceres serían recibidos con un beso dormitado y los días de lluvia estarían llenos de los incesantes "porqué la lluvia cae del cielo, o por qué el cielo está gris" de Sofía.

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