miércoles, 9 de julio de 2008

la vida y sus misterios

Me reconforta un poco saber que escribiré de ahora en adelante ya no para ganar una nota, mas bien para hacer valer las palabras de mi alma. Lo más seguro es que las musas del buen escribir estarán más relajadas ahora, pues en los últimos meses le he sacado carrera con el juego de palabras.

Hoy, a diferencia de mis escritos anteriores no me dedicaré a analizar los factores internos del proceso histórico salvadoreño. Tampoco meteré a la globalización tan concurrida hoy en día. Mucho menos invocaré a los medios de comunicación tan falta de la misma que carecen de sentido.

No...Hoy me dedicaré a escribir las ideas más hermosas del mundo, o por lo menos trataré. Debo confesar antes que cualquier cosa pase, que me encontraba en el más oscuro de los mundos. Digo, no es que me haya invadido el sentimentalismo emo. El alma cuando está triste, entristece la esperanza. Pues así estaba yo. Invadida de la más triste de las tristezas.
Claro, una vez lo dije al verdugo de mi pasado. El mar tiene sus misterios... y el destino también. Muchas veces renegué de mi mala suerte y entre pláticas con tinte didácticos, llegué a pensar que el problema era yo. Me imaginé como una especie de imán de las malas suertes, los malos amores.
Luego, me reencontré con una ilusión que guardé en el agua. El encuentro fue hermoso y de pronto, ese dramatismo de mi alma de hacerse el enfermo se desvaneció y quedó la esperanza más viva que cualquier clavel en plena primavera. Poco me falta para perder la cabeza (creo que las personas cuestionan ya el porqué mi sonrisa no se borra d emi cara). ¿Cómo borrar esa sonrisa si todo lo que he querido, lo he hallado en un solo corazón?
Por cierto, creo que posiblemente pocas personas leeran esto, entre ellas ese corazón que hace tiempo había esperado. Podré escribir miles de entradas, poemas a montones y una que otra canción, pero no habrá historia más bonita que la que escribamos juntos con el agua, el mar, el corazón y la vida...

1 comentario:

Roxana Martel dijo...

Para que veas que yo sí te leí. Felicidades por tremendos sentimientos. Que esta alegría y ese descubrir sea otra forma de crecer.

Un abrazo, Roxana