jueves, 26 de junio de 2008

¡Oh, dulce pecado la ingenuidad!

Después de pasar meses y meses en constante incertidumbre por las notas y de haber eliminado mi vida social casi por completo, me encontré en la soledad de mi casa. Sin preocupación más que aquella de decidir qué comería (creo que una lata de atún era la opción más aceptable) y me dije a mí misma "al fin tengo un tiempo libre para hacer lo que me gusta". Era muy tarde para ir a nadar así que empecé a ver videos de publicidad en internet. Las tácticas subliminales que usaba hitler en las películas e imágenes se sigue usando hoy, claro, en menor medida. Los objetivos han cambiado pero eso de influir en las personas sigue ahí. Vi varios videos de imágenes aparentemente inocentes, pero con detalles que dejan mucho en qué pensar.
En este sentido, como otras tantas veces, me dije a mí misma: "nada es tan ingenuo como uno lo cree". Los mensajes comunicativos no se escapan de ello. Y es que todo está perfectamente calculado, como si se tratase de la fórmula para formar un componente químico. Una dosis de intención y otra tanta de creatividad... y ¡listo! tu mensaje comunicativo dirá lo que tenga que decir. Tienes que cuidar el color que usas, el más llamativo. La tipografía también y todo ese mundo simbológico para formar una sola producción.
Creo que en este mundo globalizado en donde se busca salir de esa homogenización (impuesta por el mismo fenómeno), el impulso para diferenciarse es la competitividad. El otro día me comentaba una amiga que el ambiente dentro de "Mónica Herrera", escuela de comunicaciones, era bastante difícil. Pero es que la comunicación supone la competitividad. Cada vez más con las tecnologías y la creciente apertura de propuestas nuevas en donde se ofrecen nuevas propuestas con una nueva experiencia, se vuelve más difícil quedarse esperando que la vida nos regale oportunidades. Hay que agarrarlas con creatividad, sino... te quedas afuera (y quedarse afuera supone el "fracaso" dentro del concepto de éxito).
La verdad es que por más miedo que tenga y por más grande que sea mi sueño. Creo que tengo lo necesario para enfrentarme al mundo laboral comunicativo. Vendrán tempestades y personas que me harán sentir que no puedo. Eso no importa porque nadie podrá robar mi disco duro (que por cierto tiene un bloqueo con todo y contraseña) tampoco mis utopías que las tengo en un cajón enterradas en la arena de mi playa favorita...

sábado, 21 de junio de 2008

Una tarea complicada

He hablado mucho en mis entradas de un ideal de empresa. Ese ideal de empresa no es el mismo que el que se tenía en décadas anteriores. Ha cambiado con el tiempo, desde el taylorismo basado solamente en la producción, hasta Ouchi con las relaciones interpersonales. Creo que hoy en día, tanto la producción como la identidad se complementan. Me he dado cuenta de esto luego de un ejercicio que hemos hecho en clase.
Siempre supe que tenía cierta dosis de creatividad, pero hay veces que se necesita más que eso. En un primer momento pensé que tener una empresa y hacerla crecer estaba basado en encontrar la manera de hacer que haya más demanda a los productos y con ello mayor oferta, es decir, mejorando la productividad. Pero hoy he caído en la cuenta que si la base de dicha empresa no está bien consolidada, lo demás no funcionará.
Esto lo he podido notar en cosas simples como los trabajos grupales. Creo que más de alguna vez nos ha pasado que trabajamos con gente, no precisamente de nuestra preferencia. El trabajo sale, pero cuando lo haces con personas que conoces como trabajan y hay cierta unión grupal, el resultado es mucho mejor.
Con la pequeña investigación que hicimos, encontré que comunicación corporativa está enfocada tanto desde dentro, como desde fuera. No podrás lograr que la gente se identifique con tu empresa si ni siquiera dentro de la misma no se sienten parte de. Es por ello que, nosotros como comunicadores tendremos que enfrentarnos a ello. Y no solo como comunicadores, incluso como dueños de nuestra propia empresa, nuestras preocupaciones irán tanto a buscar cómo vender más y así mismo encontrar esa imagen corporativa que represente tanto a clientes como a trabajadores. No he encotrado aún, para mi empresa imaginaria de artesanías, pero estoy segura que la creatividad se encargará de ello.
Será una tarea difícil, pero no imposible...

viernes, 13 de junio de 2008

"Pura vida"

Me encontraba yo de lo más nerviosa. Nunca en mi vida había nadado fuera del lago de coatepeque en Aguas Abiertas. Pero, luego de ver la hermosura de la playa de Punta Leona resonó en mi mente la frase de "pura vida" y decidí pasarla de lo lindo pasara lo que pasara.

El día siguiente de nuestra llegada a San José, los entrenadores decidieron llevarnos a la piscina para aflojar un poco. Tenía ya ocho años de no entrar en las instalaciones de dicha piscina y me pareció de lo más melancólico ser la mayor de la selección (tomando en cuenta que en aquel tiempo era la menor). Lo primero que vi fue una instalación de "internet público" que estaba cerca de los baños. Sí, lo dije bien... ni siquiera era teléfonos públicos era ¡internet público!

En ese momento, recordé las clases que no hace mucho tuvimos en la materia. La fase uno del desarrollo económico de Centro América hizo que Costa Rica despegara. El apoyar a los pequeños terratenientes tuvo sus ventajas, pues la distribución de riquezas se hizo más equitativa y lo más seguro es que el pobre no es tan pobre como piensa. Esta pequeña gran diferencia hizo que como era de esperar Costa Rica sea hoy "la Suiza de América" y con mucha razón.

Revisé mi correo y después de adquirir siete años de mala suerte y de darme cuenta que el nombre del amor de mi vida no apareción en la pantalla, luego de reenviar la historia de amor a quince personas, aflojé como era debido y me preparé mentalmente para mi partida a Playa de Punta Leona, en Puntarenas.

Llegó el día de la competencia, hacía mucho calor y los nervios no me dejaban en paz. Mientras nos marcaban con los plumones los números respectivos y de colocarme el adjetivo de demente al atreverme a nadar 5kms (bien podría estar en mi casa leyendo un libro), me senté un rato para no cansar mis piernas, pues la necesitaría. Todos nos colocamos protector solar y cuando faltaban diez minutos para la salida inicial una porra de Costa Rica animó el ambiente. Todos unidos y al unísono gritando "vamos costa Rica". ¡Vaya!, me dije, pero si este grupo sí es unido.

Mientras nadaba, iba pensando muchas cosas. Canté desde las canciones de Sabina hasta las de Topo Gigio. Y es que estando hora y media en el agua algo tendría que hacer más que mover los brazos y las piernas coordinadamente. Estaba entre esos cantos y pensamientos filosóficos, cuando se me cruzó por la mente las clases de organizacion atribuido al país.

La identidad de los "ticos" está muy consolidada, a la vez que su economía es estable. A partir de esto cabe preguntarse si la identidad costarricense es producto de esta estabilidad económica o si al contrario la estabilidad económica se deriva de los factores culturales. Sería como preguntarse ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?

Pues no lo sé, lo que sí sé es que la frase "pura vida" tiene mucho sentido cuando uno lo vive de cerca.

jueves, 5 de junio de 2008

Mi granito de arena

Bien lo expresaba Ellacuría en "utopía y profetismo", que los pensamientos más esperanzadores se dan en momentos de crisis. Tal vez mi vida no sea tan dramática como aquél tiempo de guerra. No existen ya los enfrentamientos y aunque sigue habiendo censura a la libertad de expresión, no lo es como antes. Bajo esta introducción, procederé a explicar el porqué viene a caso mencionar eso de crisis y pensamiento alentador.

Creo que en los últimos dos días me he cuestionado mucho, luego de ver a Hegel, a Marx y otros tantos plantemientos filosóficos alternos al discurso consumista, cómo poder poner un granito de arena a ese cambio. Luego de pensar esto, deseché completamente (o por lo menos por el momento) la idea del "periodismo objetivo", pues claramente mi ego periodístico (si es que lo tengo) quedó totalmente desechado por cuestiones que no cabe mencionar. Además, creo que no me veo escribiendo para un editor (totalmente partidista) cuando mi alma escritora es libre como el agua.

Luego de rasgarme las vestiduras ante tal eliminación, me acordé de mi premisa inicial "de dicarme a la publicidad". Luego de esto, mi conciencia "utópica" me cuestionó el porqué prestarme al juego del mercado. A lo que mi razón realista le respondió que lastimosamente vivimos en ese mercado. Claro, mi conciencia acusó a mi razón de pesimista y le dio la espalda. Mi razón realista estaba a punto de recordarle a su progenitora cuando decidí parar la discusión. "No es necesario dejar de lado la rama de la comunicación que me gusta, ni tampoco dejar de lado el factor de cambio social".

Después de calmar la situación conflictiva entre mi faceta profesional y social, y luego de ver la publicidad de MD, me acordé de la campaña "puros celos". La campaña en sí, planteó un modelo de mujer que no solo consume por consumir, sino que pelea con otras mujeres para verse "bonita". A esto cabe añadir que las modelos son extremadamente delgadas (con cuerpos 60-90-60), en su mayoría rubias. No cabe ser estudiado para darse cuenta de que ese prototipo no concuerda con "la mujer salvadoreña", cuyos rasgos caucásicos no son los que precisamente predominan.

Ante esto analicé el tipo de identidad que este tipo de publicidad vende (porque el comprar zapatos te hará identificarse con esa mujer esbelta y rubia). Luego, me dije a mí misma: "creo que nosotros, futuros comunicadores y posibles publicistas, podremos cambiar ese prototipo". La belleza no está en quien se asemeje más a un palo con brazos. Para mí, cada mujer, cada persona es bonita. Solo que es en este mundo "agringolado" si se compara con una paris hilton, obviamente habrán diferencias. Así mismo, esa idea de la mujer como "compradora compulsiva" y "celosa" no es más que un gancho de mercadeo para que uno ilusamente diga "es cierto, somos así", pero creo que ser mujer es mucho más que eso.

Creo que con una propuesta bien planteada, se puede hacer un pequeño cambio en la publicidad nacional. Acá puede estar mi granito de arena. Hacer un esfuerzo por cambiar esa identidad que no se asemeja en nada a la realidad. Después de todo, se puede decir y hacer mucho también desde la publicidad...